Por Hna. María Alejandra
Mancebo, osr.
Querida
amiga y amigo que acompaña la sección de Puerta Abierta a la Palabra en cada edición de
nuestra Revista. Con mucha alegría y sencillez es que durante este año me iré
aproximando a vos con el fin de invitarte a hacer pequeños momentos de
reflexión, meditación, oraciones de algunos textos bíblicos que pasaron primero
por mi humilde experiencia personal de encuentro con el Dios Vivo a través de
su Palabra. Y claro, como hermana Oblata del Santísimo Redentor, no puedo dejar
de transitar esta experiencia sino dentro del marco de la Celebración del Año de
la Vida Religiosa.
Tal
vez te preguntes ¿qué es esto? Bueno, te cuento que ya casi terminando el año
2014 la Iglesia
Católica en general se alegró con la noticia de que el Papa
Francisco invitó a todos y todas a celebrar en este 2015 un año especial
dedicado a la Vida
Religiosa Consagrada ( 30 de noviembre de 2014 hasta el 2 de
febrero de 2016 ).
El papa Francisco en su Carta apostólica a todos los consagrados con
ocasión del Año de la
Vida Consagrada Roma, 21de noviembre de 2014 recordó que en
el origen de toda Vida religiosa “se hace
presente la acción de Dios que, en su Espíritu, llama a algunas personas a
seguir de cerca a Cristo, para traducir el Evangelio en una particular forma de
vida, a leer con los ojos de la fe los signos de los tiempos, a responder
creativamente a las necesidades de la Iglesia.”
Esta acción de Dios impulsa a que los y las Consagradas seamos siempre
llamados a ser anunciadores del Evangelio, señal de Esperanza y Profecía en
cada rincón del mundo, en medio de cada realidad donde se encuentran presentes
especialmente al lado de los más empobrecidos y empobrecidas, excluidos de la
historia.
No
podemos olvidar que nuestro Dios tiene un corazón inmenso, que acoge a todos
pero tiene una sensibilidad especial por aquellos sus hijos e hijas que más
sufren. Busquemos en el libro del Éxodo Capitulo 3 versículos 7 y 8 “Yavé dijo: «He visto la humillación de mi
pueblo en Egipto, y he escuchado sus gritos cuando lo maltrataban sus
mayordomos. Yo conozco sus sufrimientos, y por esta razón estoy bajando, para
librarlo del poder de los egipcios y para hacerlo subir de aquí a un país
grande y fértil, a una tierra que mana leche y miel…”
Podemos
preguntarnos:
¿Tengo
yo también esta sensibilidad delante de las personas que más sufren, en mi
propia casa, entre mis vecinos, en el barrio, el trabajo o donde estudio? ¿O
estoy insensible delante de los “gritos” que la realidad me presenta,
aturdida/o por los “ruidos” de nuestros agitados días?
Muchas
veces estoy en el pedestal de mis seguridades, comodidades… ¿Soy capaz de abajarme
cuando alguien necesita alguna cosa de mi?
¿Cuáles
son los gestos de liberación que desde mis reales posibilidades, estoy
promoviendo?
Sin embargo, esta acción de Dios, creativa, viva, abrasadora… no se
limita solamente a impulsar a los seguidores de Jesús con una especial
consagración como son los religiosos/as. Esta acción de Dios se derrama para
vos, para cada persona que se abre a su acción, que es sensible a su voz que
nos habla a cada momento, muchas veces como un susurro. Esta fuerza nos mueve a
dejar de ser el centro del universo y abrirnos a los otros que esperan, a
través de nosotros, la acción de Dios como la tierra seca espera la lluvia
fresca para germinar sus frutos.
A
propósito de esto, te recomiendo dos textos que pueden ayudarte a rezar esta
experiencia de la acción cotidiana de Dios en nuestras vidas: 1 Reyes 19,3-15 “Entonces se le dijo: «Sal fuera y permanece
en el monte esperando a Yavé, pues Yavé va a pasar.» Vino primero un huracán
tan violento que hendía los cerros y quebraba las rocas delante de Yavé. Pero
Yavé no estaba en el huracán. Después hubo un terremoto, pero Yavé no estaba en
el terremoto. Después brilló un rayo, pero Yavé no estaba en el rayo. Y después
del rayo se sintió el murmullo de una suave brisa” y el Salmo 62 “Oh Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco,
mi alma tiene sed de ti; cual tierra seca, sedienta, sin agua”.
Puede
ayudarte a rezar:
¿Cuáles
son los susurros, la “suave brisa” en que Dios te habla? Personas, situaciones,
momentos significativos de tu vida?
¿Cómo
está la tierra de tu vida? ¿Y a tu alrededor? ¿Estás siendo o estás dispuesta/o
a ser como agua fresca delante de la sed de las personas que de alguna manera
están necesitando de vos?
Uno
de los textos más lindos para sentir tanto esta voz de Dios que nos llama y nos
envía tanto a mi como Consagrada como a vos en cualquier opción de vida que
hayas elegido es el que vas a encontrar en el Evangelio de Marcos capítulo 3
versículos 13 y 14 “Jesús subió al monte
y llamó a los que él quiso, y se reunieron con él. Así instituyó a los Doce (a
los que llamó también apóstoles), para que estuvieran con él y para enviarlos a
predicar”.
El
monte en la sagrada escritura es el lugar de la presencia de Dios. Jesús, lleno
de la presencia de Dios, nos llama porque nos quiere, Él encuentra en cada
una/o de nosotros aquella, aquel que es la/el indicada/o para estar con Él. Y
el texto va a seguir con una lista de nombres que serán sus discípulos a la que
podemos agregar infinidad de nombres: Alejandra, Mari, Sonia, Ricardo, Adolfa,
Olga, Wendi, Analia, Celia, Victor, Gloria, Alcira, Alicia, Mariana, Noelia,…
Tu nombre y todos los nombres de quienes estando con Jesús somos enviadas/os a
predicar la Buena
Noticia. Quiere decir, somos enviadas/os a ser con nuestras
palabras, gestos, acciones e intenciones promotoras/es del Reino de Dios que es
justicia, paz, solidaridad, amor.
Más
preguntas:
¿Sos
consiente de la importancia de tu vida? ¿Reconocés el amor preferencial que
Jesús tiene por vos? ¿Todas las cualidades, dones, posibilidades que te hacen
indispensable en el mundo?
¿Cómo
podés marcar la diferencia en tu día a día? ¿Cuáles son las huellas que vas
dejando en tu camino? ¿Tus palabras promueven la paz? ¿Tus acciones son justas,
honestas, solidarias? ¿En medio de nuestra realidad cargada de malas noticias,
negatividad, pesimismo, sos una buena noticia de esperanza, positividad,
optimismo?
En
los próximos números me gustaría continuar compartiendo con vos algunas
características que, tanto la Vida Consagrada como todas las otras formas de
vida estamos llamados a vivir para hacer de nuestro mundo un lugar más
agradable para vivir: Alegría, profetismo y comunión.
Nos
encontramos en el próximo número.
No Response to "EL SUSURRO DE LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA COTIDIANA."
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