Palabras de mujeres

Hola, como están, mi nombre es Olga y mi segundo nombre es Dolca.

Les cuento acerca de un dibujo que hice en Puerta Abierta Recreando el cual se hizo realidad: dibujé un avión y una lancha que se llamaba Pura Mía. ¡Qué coincidencia que la hermana Pury, que está en Puerta Abierta, se relacione con el nombre de la lancha!, ella para mí es una santa, como una salvadora.

En el dibujo también estaba yo y me subía a una lancha, le pedí a Madre Antonia que me diera ese deseo y se me cumplió todo lo del dibujo. Terminé yendo a mi país, donde disfruté de las playas, de ver los peces en la orilla, entre otras cosas. Quiero que sepan que la pasé muy bien, a pesar de todo, si mi hermano Chigo no hubiera fallecido la hubiera pasado mejor. 

Hay que amar y respetar, eso es muy importante, por más que te caigas vuelve a levantarte y sonreírle a la vida.

Les cuento, recién me entero que mi hermana tiene dos nombres y no lo sabía, se llama Martha Esther, yo pensé que solo se llamaba Martha, por eso hay que preguntar los nombres a la familia porque yo tampoco sabía que me llamaba Olga, pensé que me llamaba Dolca Raquel, hasta que saqué la cédula, ahí me enteré de cómo me llamo. 

Si me preguntan ¿qué conocí en Puerta Abierta? te diré que muchas cosas como por ejemplo: aprendí a leer con mi profesor de alfabetización que se llama Diego, que me pone a veces a leer un libro, el cual me emociona mucho ya que puedo leerlo muy bien y siento que algún día compraré ese libro, ya que ayuda a que uno no se distraiga y siga en los estudios.

El curso de computación me gusta mucho, he aprendido bastante, y mi profesora se llama Constanza, me dice que soy muy inteligente, y que avancé mucho. También me di cuenta que puedo aprender mucho más, cada día, porque para eso tengo a Puerta Abierta, donde dan clases y consejos. 

Una psicóloga que se llama Nancy y me enorgullece porque hoy y siempre me dice que he avanzando mucho y porque hoy puedo contar mis cosas sin llanto, antes todo el tiempo estaba angustiada, lloraba, no era feliz, pero desde esa vez que pude sacar todo afuera y se lo conté pudiendo relajarme un poco porque la verdad que la psicóloga hace muy bien. Y creer en Dios y en M. Antonia, por eso, a veces, les digo que hay que orar, buscar ayuda y también hay que ser honestas con nosotras mismas y con los demás. 

Está la secretaria que se llama Noelia, la trabajadora social que se llama también Noelia, quien da el curso de tejido, y también la hermana Noelia junto a Alejandra y Adriana.

Gracias a Dios y a Madre Antonia y a mis esfuerzos hoy puedo escribir, puedo recordar los nombres de cada una, porque ahora con orgullo digo: no soy más analfabeta.

Si quieren ayuda no tengan vergüenza, vengan a Puerta, donde las van a ayudar honestamente. ¡Les recomiendo todos los talleres!

Besos mujeres, levántense y cada día sonrían, sonríanle a la vida. 

¡Besos y gracias! 

Olga Dolca